La apostasía, en el contexto cristiano, se refiere a la renuncia o abandono de la fe genuina en Cristo y en la doctrina bíblica. Este fenómeno se vuelve particularmente preocupante cuando se trata de líderes religiosos, como los predicadores de motivación, que influencian a multitudes con un mensaje distorsionado y alejado de la verdad del evangelio.
La apostasía implica tomar la palabra de Dios y aplicarla de manera conveniente y fuera de contexto, sin importar si se alinea con la voluntad de Dios. Este tipo de predicador no solo ignora lo que ya está escrito en las Escrituras, sino que también reinventa un evangelio más cómodo que se adapta a sus propios deseos y necesidades. Vive una vida que podría denominarse como “cristianismo liberal,” donde se deshace de la carga y el yugo de Jesucristo para empoderarse a sí mismo, y vive de manera independiente de Dios.
Características de un predicador apóstata
- Reinvención del Evangelio: El predicador apóstata crea su propia versión del evangelio, basada en sus deseos y conveniencias personales. Ignora la sana doctrina y la aborrece, inventando sus propias verdades con filosofía humana para fundamentar sus opiniones y reconstruir su nueva identidad.
- Vida Independiente de Dios: Este tipo de líder religioso cree que tiene derecho a todo simplemente porque se considera un hijo amado de Dios. Vive una vida de autoempoderamiento, confiando en que todo lo que confiesa con su boca se hará, sin importar si es la voluntad de Dios o no.
- Engaño y Carisma: Utilizando su carisma y habilidades de motivación, engaña a muchos, haciéndoles creer que su versión del evangelio es la verdadera. Este engaño conduce a una vida libre de error, donde el predicador cree haber encontrado el secreto del éxito y la solución a todos sus problemas.
Consecuencias de la apostasía
El engaño de estos predicadores no solo afecta su propia vida, sino que también tiene un impacto devastador en aquellos que los siguen. El apóstol Pablo advierte en Colosenses 2:8: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” Esta advertencia subraya el peligro de apartarse de la doctrina bíblica en favor de filosofías humanas que pueden parecer atractivas, pero están vacías de la verdad divina.
La sana doctrina
La sana doctrina es fundamental para una vida cristiana genuina y sólida. Es el ancla que mantiene a los creyentes firmes en la verdad de Cristo y los protege de caer en el error. La sana doctrina se basa en las Escrituras, en la enseñanza de Jesús y de los apóstoles, y no en las interpretaciones y opiniones humanas. Es esencial que los creyentes se aferren a la palabra de Dios tal como está escrita, sin añadirle ni quitarle nada.
Conclusión
La apostasía de un predicador de motivación representa un grave peligro para la iglesia y para los creyentes individuales. Al reinventar el evangelio y vivir de manera independiente de Dios, estos líderes no solo se engañan a sí mismos, sino que también llevan a muchos por el camino del error. La exhortación de Pablo en Colosenses 2:8 debe ser tomada en serio: debemos estar vigilantes y no dejarnos engañar por filosofías humanas, sino mantenernos firmes en la verdad de Cristo. Solo así podremos evitar caer en la trampa de la apostasía y vivir una vida que verdaderamente agrade a Dios.
Este artículo busca resaltar la importancia de la sana doctrina y la necesidad de discernir y rechazar los mensajes que, aunque puedan parecer motivadores y atractivos, se apartan de la verdad del evangelio.
