Y se arrepintió Dios de haber hecho al hombre y le dolió en su corazón

Y se arrepintió Dios de haber hecho al hombre y le dolió en su corazón

Introducción

En el libro de Génesis, encontramos uno de los pasajes más conmovedores y, a la vez, perturbadores de la Biblia: “Y se arrepintió Jehová de haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón” (Génesis 6:6). Este versículo nos revela la profunda tristeza que sintió Dios al ver cómo la humanidad, creada a Su imagen y semejanza, se había desviado de Su propósito, llenando la tierra de maldad y violencia. La corrupción de la humanidad había llegado a tal punto que el Creador, en Su justicia, decidió enviar el diluvio como juicio sobre la tierra.

La Predicación en las Calles y la Reacción de la Gente

Hoy en día, vemos que la Palabra de Dios sigue siendo proclamada en las calles, en un intento de llevar el mensaje de salvación y advertencia a todos aquellos que están dispuestos a escuchar. Sin embargo, la reacción de muchas personas es de enojo y agresión hacia los que predican. Es paradójico que el mismo mensaje del Dios que creó al hombre, el mismo Dios que experimentó dolor en Su corazón por la corrupción de la humanidad, ahora sea rechazado y atacado cuando se proclama en público.

Y se arrepintió Dios de haber hecho al hombre y le dolió en su corazón

¿Por qué tanta hostilidad hacia la Palabra de Dios? ¿Por qué aquellos que predican el amor, el arrepentimiento y la justicia son vistos como enemigos? La respuesta puede residir en la naturaleza misma del pecado y la rebelión del hombre contra Dios. En un mundo donde lo que es malo es llamado bueno, y lo que es bueno es llamado malo, la verdad bíblica se convierte en una amenaza para aquellos que prefieren vivir en oscuridad.

La Aceptación de Prácticas Contrarias a la Voluntad de Dios

Contrastemos esta hostilidad con la aceptación casi universal de prácticas que son claramente contrarias a la voluntad de Dios según las Escrituras. Por ejemplo, el satanismo, una ideología que abiertamente desafía la soberanía de Dios, puede ser enseñado y promovido en ciertos círculos sin que sus adherentes enfrenten persecución o ataques. Del mismo modo, la promoción de ideologías que confunden y distorsionan la identidad sexual, incluso frente a niños que son impresionables y vulnerables, es defendida y protegida en nombre de la libertad y los derechos individuales.

¿Qué hay de aquellos que dicen que uno puede ser lo que quiera, incluso si eso es un insulto directo al diseño divino? Nadie los ataca. De hecho, estas declaraciones y prácticas son ampliamente celebradas y defendidas por muchos. Del mismo modo, cuando dos personas del mismo sexo se tocan y besan en público, incluso frente a niños, la sociedad guarda silencio, aunque estas acciones sean una clara violación de los principios establecidos por Dios en la Biblia.

La Discrepancia en la Reacción de la Sociedad

Aquí surge una inquietante discrepancia: cuando se promueven y practican cosas que son abominación a los ojos de Dios, la sociedad responde con tolerancia o incluso con aprobación. Sin embargo, cuando alguien se atreve a predicar la Biblia y hablar de Jesucristo, advirtiendo que Él vendrá a juzgar al mundo, ese mismo predicador es atacado, vilipendiado y considerado un enemigo del progreso.

Esta actitud revela un profundo malentendido o rechazo de la santidad de Dios y Su llamado al arrepentimiento. La Biblia nos enseña que el juicio es inevitable, pero también ofrece esperanza para aquellos que se arrepienten y vuelven a Dios. Sin embargo, esta esperanza solo puede ser recibida si se reconoce el pecado y se acepta la necesidad de un Salvador.

Conclusión

Vivimos en tiempos difíciles, donde el mensaje de la cruz es visto como una amenaza en lugar de una oferta de vida eterna. Pero como seguidores de Cristo, estamos llamados a proclamar la verdad sin temor, sabiendo que la Palabra de Dios nunca vuelve vacía. A pesar de la hostilidad que enfrentamos, debemos recordar que el mismo Dios que se arrepintió de haber creado al hombre en el pasado, también extendió Su misericordia a través de Noé y ofrece hoy un camino de salvación a través de Jesucristo. Sigamos adelante con valentía, predicando la verdad en un mundo que desesperadamente necesita escucharla, aunque nos cueste el desprecio de la sociedad.

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