En la Biblia, encontramos numerosas advertencias sobre aquellos que hablan palabras hermosas, pero cuyas acciones demuestran lo contrario. Esta contradicción se observa claramente en individuos narcisistas que utilizan la fe y las Escrituras para manipular y engañar. Este artículo explorará cómo la Biblia aborda la cuestión de la hipocresía y la falsedad en aquellos que pretenden ser cristianos, pero no lo son.
Jesús fue muy claro en su condena a los hipócritas. En Mateo 23:27-28, dijo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros, por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.”
Estas palabras nos muestran que, aunque alguien pueda decir cosas buenas y aparentar ser justo, sus verdaderas intenciones y su naturaleza interna pueden ser corruptas y pecaminosas. Los narcisistas a menudo caen en esta categoría, presentándose como personas de fe, mientras sus corazones están llenos de egoísmo y maldad.
Los narcisistas son expertos en la manipulación y a menudo utilizan la religión como una herramienta para sus propios fines. Pueden citar la Biblia y hablar de valores cristianos, pero sus acciones revelan una total falta de empatía y una incapacidad para vivir conforme a los principios que predican.
En Tito 1:16, se nos advierte sobre aquellos que profesan conocer a Dios, pero sus acciones demuestran lo contrario: Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y desobedientes, y reprobados en cuanto a toda buena obra.
Otra característica de los narcisistas es que a menudo predican sobre temas que ellos mismos no practican. En Mateo 7:15-20, Jesús advierte sobre los falsos profetas: Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.
Este pasaje nos recuerda que la verdadera medida de una persona no está en sus palabras, sino en sus acciones. Aquellos que solo hablan, pero no actúan conforme a la voluntad de Dios, son como lobos disfrazados de ovejas.
Una de las características más alarmantes de los narcisistas es su capacidad para actuar con falsedad sin mostrar ningún remordimiento. Esto es especialmente preocupante cuando se trata de asuntos de fe, ya que pueden causar mucho daño a los verdaderos creyentes.
En 2 Timoteo 3:5, Pablo describe a estos individuos como “que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita.” Aquí, se nos insta a evitar a aquellos que aparentan ser piadosos, pero cuya vida y acciones demuestran lo contrario.
La Biblia nos advierte repetidamente sobre la hipocresía y la falsedad de aquellos que dicen ser cristianos, pero no lo son. Los narcisistas, con su capacidad para manipular y engañar, representan una amenaza significativa para la comunidad de fe. Es esencial que los creyentes permanezcan vigilantes, evaluando no solo las palabras, sino también las acciones de aquellos que afirman ser seguidores de Cristo.
Recordemos siempre las palabras de Jesús en Mateo 7:16: “Por sus frutos los conoceréis. Que podamos discernir y alejarnos de aquellos que, aunque hablen con dulzura, en realidad son lobos rapaces vestidos de ovejas.
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